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Hoy vengo a hablarte de la productividad slow, una forma diferente de ver la productividad. Seguro que te suena eso de ir a toda prisa, tachar cosas de la lista sin parar y sentirte estresada. Pues la productividad slow rompe con esta idea. Se trata de ser eficiente, ¡sin ir con la lengua fuera!
Escucha el episodio completo aquí para no perder detalle de todo lo que la productividad slow puede hacer por ti y cómo la puedes empezar a implementar desde ya mismo.
Básicamente la productividad slow se centra en la calidad, no en la cantidad. No se trata de hacer más en menos tiempo, sino de hacer menos, pero con mayor atención y cuidado. Es una forma de trabajar y vivir que prioriza la calma y el enfoque.
Implementar la productividad slow en tu vida tiene muchísimos beneficios. Para empezar, reduce el estrés y la ansiedad porque respetas tus límites y das prioridad a lo que realmente importa. También mejora tu salud mental y física, porque tu cuerpo y mente no están en un constante estado de alerta.
Además, al estar más enfocada en cada tarea, la calidad de tu trabajo mejora. Y esto no solo se aplica al trabajo, sino también a tus relaciones personales. Estar presente y tranquila te permite tener más paciencia y disfrutar más de los momentos con tus seres queridos.
En lugar de hacer mil cosas a la vez, la productividad slow te invita a concentrarte en una sola cosa y hacerla bien. Por ejemplo, si estás cocinando, disfruta del proceso sin distraerte. Esto también aplica al trabajo: enfócate en una tarea a la vez y verás cómo mejora tu concentración y disfrutas más lo que haces.
Te dejo 5 claves para implementar la productividad slow desde ya mismo:
1. Establecer límites claros.
Primero, tienes que establecer límites claros entre el trabajo y tu tiempo personal. Sé que cuesta, pero es prioritario. Marca bien dónde termina tu trabajo y empieza tu vida personal. Este es un pilar de la productividad slow, especialmente si eres mamá y tienes tu propio negocio. A veces se mezclan, pero deben ser excepciones, no la norma.
2. Distinguir lo importante de lo que no lo es.
Segundo, aprende a distinguir lo importante de lo que no lo es. A menudo pensamos que todo es urgente, pero no es así. Identifica lo que realmente no puede esperar, como deadlines importantes o asuntos de salud y familia. El resto, la mayoría de las veces, puede esperar.
3. Se consciente de tus límites personales.
Tercero, sé consciente de tus límites de trabajo y responsabilidades. No intentes asumir más de lo que puedes manejar. Cada una tiene sus límites, y está bien conocerlos y respetarlos.
4. Se paciente.
Cuarto, gana paciencia. Vivimos en un mundo donde todo es para ayer, pero la paciencia es clave. La productividad slow te ayuda a ser coherente contigo misma y a mantener tu salud mental.
5. Se flexible.
Por último, sé flexible. La vida cambia y no siempre te vas a sentir igual. Ajusta tus planes según cómo te encuentres, sin sentirte mal por ello.
Ejemplos de productividad slow.
Por si necesitas inspiración, aquí te dejo algunos ejemplos de productividad slow para implementar:
- Comienza tu día con calma, dedicándote unos minutos para ti antes de entrar en la vorágine.
- Elige una o dos tareas prioritarias para el día y pon todo tu foco en ellas.
- Ponte en modo avión para evitar interrupciones.
- Crea un ambiente de trabajo inspirador y relajado.
- Haz pausas regulares a lo largo del día.
- Ten tu propio ritual para cerrar el día con calma, como apagar pantallas, preparar una infusión y leer un libro.
Ya verás cómo estos pequeños hábitos mejorarán tu calidad de vida y te permitirán ser productiva sin sacrificar tu bienestar. Espero que el episodio de hoy te inspire y te anime a adoptar una vida más slow y consciente.
Escucha el episodio completo haciendo click aquí.
¡Un beso y feliz día!
Marta
Un comentario
Hola
Después de escucharte , he querido clicar en el audio de los 5 pasos para poner un precio justo, y no lo he conseguido con ninguno de los 4 correos que he probado (he mirado en todas las carpetas🤷🏻♀️)
Ya me dirás
Gracias
Saludos