¿Cómo estás? Si esta es la primera vez que paras en todo el día y te tomas un minuto, tengo que decirte algo: no ir más rápido siempre te lleva más lejos. Hoy quiero compartir contigo ejemplos de mujeres de éxito que ya están aplicando esto que acabas de leer.
Es muy probable que sientas que vas con la lengua fuera todo el rato, pero en cambio, no ves resultados. ¿ûes sabes una cosa? Muchas mujeres han estado en el lugar en el que estás tú antes de RENACER. Ellas ya han hecho el cambio y han bajado el ritmo.
Mujeres exitosas que han bajado el ritmo.
Arianna Huffington – Fundadora de The Huffington Post
Después de colapsar por agotamiento, fundó Thrive Global, una empresa centrada en bienestar y productividad sostenible. Ella afirma que “el burnout no es el precio del éxito”. Que una de las mujeres con más exito diga esto debe de tener su peso. ¡Brillante!
Marie Forleo – Creadora de B-School
Su mantra es “work smarter, not harder”, es decir, “trabaja de forma más inteligente, no más duro”. Ella lo aplica priorizando ciclos, descanso y claridad en vez de velocidad. Esto es fundamental para usar tu tiempo y energía de la forma óptima.
Jenna Kutcher – Empresaria y podcaster
Pasó de una agenda muy llena al punto del colpaso a crear un negocio que funciona no solo con menos horas, sino con automatizaciones y con menos presencia personal de su parte. Su punto de inflexión fue la maternidad, donde sí quería estar más presente. ¡Y créeme que lo consiguió!
Charuca – Emprendedora de papelería emocional
Ella habla abiertamente del descanso, del placer y del “trabajo con alma”. En su podcast ha compartido en muchas ocasiones cómo soltar la exigencia fue un antes y un después para ella. ¡Para mí sus diarios son una inspiración y siempre los compro en su tienda!
Marta Bluü – Emprendedora, podcaster y mentora de artesanas
Quiero ponerte mi propio ejemplo porque confieso que yo empecé pensando que tenía que demostrar que estaba estresada y agobiada y que estaba haciendo cosas todo el rato, para ser buena empresaria. Pero no. Qué equivocada estaba.
¿Por qué todas estas mujeres de éxito, yo incluida, pensábamos así? ¿Qué nos ha llevado al cambio?
¿Por qué creemos en un modelo anticuado de productividad?
El modelo tradicional nos vendió que tenemos que hacer horas infinitas, que cuanto más trabajas, más vales, o que tienes un trabajo muy respetado si te obliga a llevar chaqueta. ¡Pero todo esto NO ES CIERTO!
Por supuesto, los inicios de un negocio, de tu carrera sea cual sea, van a ser más duros que cuando ya estés asentada. En esa época, es el momento de darlo todo: hay que poner toda la carne en el asador para sembrar y que luego brote la cosa, porque los comienzos suelen tener que ser así. Pero también hay que encontrar un punto de equilibrio y hacer todo esto alineada con tus valores. Y luego mantenerlo en el tiempo para que tu modelo de productividad sea sostenible, coherente contigo y que realmente te funcione sin quemarte.
Gente que ya lo está haciendo diferente.
Muchísimas mujeres (y hombres) están cuestionando este modelo antiguo porque, tal vez antes funcionaba, tanto a nivel familiar como a nivel de negocio, pero ahora estas líneas han cambiado. ¡Menos mal! La realidad es que ahora nos planteamos nuestras propias reglas, prioridades alineadas con nuestra energía (más allá de la salud) y nuestra forma de ser.
Ya que le dedicas muchísimo tiempo a tu trabajo, incluso si es por cuenta ajena, es importantísimo trabajar en algo que tenga sentido, que sea coherente contigo. Y no solo eso: es importante redefinir qué es el éxito para ti, porque según sientas qué es, vas a tomar decisiones basadas de verdad en tu bienestar y en tus objetivos. Después eso se plasmará en tu trabajo.
Si trabajas por cuenta propia, otro cambio que tienes que recordar es que no siempre hay que decir que sí a todo. A mí me pasa: me llegan muchas colaboraciones y realmente hago muy pocas, porque para mí es vital, tanto porque sean naturales como verídicas, que sean campañas de productos con los que yo estoy alineada, con los que vibre, para que todo sea natural y real. Este pensamiento te ayudará a ser coherente con los acuerdos en los que te involucras.
Incluso (y a lo mejor flipas con esto), tienes que permitirte momentos de menor visibilidad. Cuando tienes un negocio, el maldito algoritmo requiere de nuestra presencia constante, pero eso está empezando a cambiar: encuentra una forma de que tu negocio siga activo sin requerir que estés todo el rato, ya sea porque te vayas de vacaciones, porque te pongas enferma, porque des a luz o porque surja cualquier imprevisto. Esto tiene que ser un objetivo a conseguir una vez que tu negocio ya esté asentado. Permítete desaparecer para tomarte tu espacio y tiempo sin que tu negocio sufra.
Tú decides tu modelo de negocio, cómo trabajas, qué vendes, cómo te sientes. El ritmo lento no es señal de poca ambición, es señal de que te tomas el tiempo para decidir tu foco, de que tomas decisiones más evaluadas, de que analizas los resultados y de que eres más estratega. Escúchate a ti misma porque es parte del trabajo. Estarás creando a una mujer capaz de sostener tanto tu negocio, como tu vida personal y tu energía y a ti como persona.
Escucha el episodio donde profundizo en todos estos casos de mujeres de éxito y en cómo tú también puedes bajar el ritmo.
Marta
2 respuestas
no soy emprendedora ni trabajadora remunerada, pero me encanto escuchar el podcast, y rescato que debo tomarme un tiempo para mi, para ordenar ideas, para refrescar mi mente, muchas gracias
¡Esa es la clave!