Si a veces te sientes “pequeñita”, si te da miedo a ser tú misma, a ser auténtica según con quién o dónde estés… esto te puede ayudar. Muchas personas y muchas mujeres sienten a lo largo de su vida un miedo irracional a ser vista. ¿Y tú?
Ser vista es mostrar tu luz, sacar tus talentos a relucir y dar tu opinión sin anteponer a otras personas por encima de quién tu eres (por supuesto, siempre dentro del marco del respeto).
¿Por qué te da miedo ser tú misma?
Críticas y traumas de la infancia
Una de las raíces de este tipo de miedos que puedes tener como adulta es una crítica de la infancia, incluso algo minúsculo como la opinión de un profesor sobre un dibujo tuyo, que luego recuerdes toda tu vida (en el episodio te cuento un ejemplo real de una alumna mía).
Puede que tu propia familia te haya impuesto un “perfeccionismo” que te requiere hacer las cosas de una forma concreta que no es la tuya natural. Muchas veces esto pasa sin ningún tipo de mala intención, pero pasa.
Entorno social
Tal vez gente cercana te ha dicho desde pequeña eso de “eres un poco intensita”, o simplemente, el mensaje de que las chicas buenas no llaman la atención te ha calado a través de la sociedad, los dibujos animados u otros medios a lo largo de tu vida.
Relaciones personales de baja calidad
Especialmente cuando eres joven, las relaciones personales tienen un gran impacto en tu vida. Tus relaciones de niña te siguen afectando ahora en tu vida profesional, y puede que su peso te limite. Por ejemplo, tal vez no te atreves a vender porque no te atreves a salir ahí afuera, a “jugar a que tienes un negocio”, exponerte en redes, hacer un story, y por tanto, no facturas lo que podrías facturar. O en la empresa donde trabajas, tal vez no te atreves a escalar y pedir un ascenso, porque no te atreves a pensar en lo que quieres ser, compartir o en alcanzar la posición que sí sería profesionalmente satisfactorio para ti.
Y esto no se queda en la infancia. Pregúntate: “¿Cuál es la calidad de mis relaciones personales ahora? ¿Soy yo misma con mi pareja, con mis amistades?”. Tal vez cuando estás con cierta persona, tú te colocas en un segundo plano, y cuando ya se va, tú eres un poquito más libre. Esto es crear una bola de nieve de una imagen poco real de ti, que luego te será muy difícil de parar.
La idea no es para animarte a romper tus relaciones (ya sean románticas, de mistad o laboral), sino para que analices cómo te sientes y cómo puedes hacer que tus relaciones sean sanas. Piensa que lo más triste es que te quedes en esa sombra de segunda y no disfrutes de tus relaciones personales, de tu trabajo y de ser tú misma.
¿Cómo puedes ser tu mejor versión, más auténtica y más disfrutona?
Estas cinco cosas te serán de gran ayuda si qiueres liberarte del miedo y ser tú misma:
1. Ir a terapia.
La terapia es una manera de trabajarse de una manera muy chula. Lo más importante es conectar con tu terapeuta y el tipo de terapia que hacen y que tú vas a practicar. Yo he vuelto a hacer terapia aquí en Mallorca pero de un tipo muy diferente del que solía hacer (y llevo más de 20 años haciendo terapia). Es una gran herramienta para conocerte mejor y ayudarte en todas las áreas de la vida.
2. Hacer journaling.
Escribir en un diario durante unos minutos al día, sobre cómo te sientes, sobre quién serías, qué pasaría, qué decisiones tomarías si te diera igual mostrarte cómo eres de verdad, si el dinero no fuera un impedimento, si no tuvieras limitaciones autoimpuestas. El journaling te deja ver las cosas que internamente deseas, una forma de terapia individual. Escribir es una herramienta muy asequible que te ayudará a tener claridad en tus inseguridades y cómo puedes resolverlas. Yo escribo todos los días por la mañana y siento que me llegan respuestas a veces en el momento y a veces de repente unos días después.
3. Observar a las personas con las que te rodeas.
Asegúrate de elegir estar con personas que elevan tu luz, que no te apagan, que te aportan y no te apartan. Tener conversaciones con personas que nos empoderan, que ellas mismas son fuego y que se dan libertad, porque nos tratarán a nosotras sin juzgar y sin cohibirnos.
4. Reforzar tu identidad recordando momentos positivos.
Piensa en ese momento o época de tu vida, por pequeño que fuera, en el que fuiste tú misma, en el que no sentiste miedo de serlo, en el que estuviste orgullosa de cómo te comunicaste. Apúntalo, pregúntate por qué no lo estás replicando en tu vida. Recuerda que, si ya fuiste así una vez, puedes volver a repetirlo.
5. Exponerte gradualmente.
No hace falta que de la noche a la mañana hagas un cambio masivo. Puedes exponerte de forma suave a situaciones en las que te expresas de forma más coherente con cómo eres de verdad. Por ejemplo, puedes compartir una publicación en redes sociales, que ni siquiera tiene que ser tuya, pero que te representa. Puedes grabar un audio expresándote, como si fuera tu propio podcast, sin pretensiones de publicarlo. Puedes decir que no a un plan (que no sea algo importante) simplemente por el hecho de que no te apetece. Esta exposición suave son pasos que te liberarán y te harán atreverte a ser como eres.
Ahí fuera hay personas que están deseando ver eso que tú tienes que ofrecer: puede que sea el producto de tu negocio o puede que sea tu sonrisa o tu opinión, pero, si no los muestras, ¡nunca te van a ver! Entrégate y sé tu misma. La gente que tenga la suerte de cruzarse en tu camino te lo va a agradecer infinito.
Escucha el episodio donde te explico con detalle cómo trabajar tu miedo a ser vista y cómo puedes atreverte a ocupar tu lugar en el mundo.
Marta