Bienvenida a la cuarta parte de mi serie “Mis métodos de planificación”, donde te comparto cómo me organizo para emprender y vivir sin agobios. En esta última parte te cuento cómo cierro y cómo preparo cada semana. ¡Te adelanto que solo son unos 15 minutos!
¿Por qué hacer una revisión semanal?
Porque te reencuentras contigo misma. Ves lo que te habías planificado para la semana que ha terminado y ves qué tal ha ido. Es genial para tu salud mental, porque no te levantas cada día pensando qué te toca hacer hoy. Tu mente está mucho más descansada y no tiene la sensación de estar apagando fuegos todo el día si ya tienes toda la semana planificada.
¿Cuándo hacer la revisión?
Al final de tu semana de productividad, preferiblemente en viernes, tal vez en domingo si te va mejor.
¿Qué hay que revisar?
Esta revisión es ultranecesaria para ver si tu planificación tiene sentido, si el tiempo para cada tarea es realista, si las tareas están en días que te van bien… ¿Ha habido imprevistos? ¿Hay alguna tarea que te ha llevado el doble del tiempo que le agendaste? ¿Qué tareas no has terminado que tengas que pasar a la siguiente?
¿Cómo planificar la semana siguiente?
Lo primero, saca tu lista maestra (si no sabes de qué te hablo, escucha el ep. 125, la primera parte de esta serie aquí) y vuélcala en tu agenda.
Después, anota lo personal: actividades con los peques, entrenamiento, terapia, citas médicas…
Finalmente, pon lo laboral.
Poner primero lo personal y segundo lo laboral reflejará tus valores y prioridades. Como al principio has colocado las tareas fijas de tu lista maestra y tendrás días temáticos (de esto te hablé en el ep. 127, la tercera parte de esta serie que puedes ver aquí), eso ya está cubierto y ahora hay que darle prioridad a tus cosas personales. El resto de tiempo lo dedicarás a tareas laborales que tienes que hacer, que no son fijas de la lista maestra.
Es importante que dejes hueco. No crees una agenda imposible que no se puede cumplir. Deja espacio para respirar.
Asegúrate de que las tareas que te estás poniendo sirven para facturar, que están alineadas con tu negocio, que puedas modificar sin ir con la lengua fuera, sino con foco.
¿Cómo convertir tu planificación en un ritual?
Yo me preparo un matcha, me siento en el porche, me pongo música… Creo un momento y un espacio de autocuidado, de claridad.
Espero que te haya gustado mucho este episodio y que toda esta serie te haya ayudado. Me encantaría leerte en comentarios y ver qué es lo que te llevas de la serie o si hay otra temática de la que te gustaría que hablase.
Mientras, que sepas que comparto consejos parecidos a los del podcast pero en formato breve en mis cartas de los martes. Puedes recibirlas aquí.
¡Feliz planificación!
Marta